2 de septiembre de 2009

Consumidores y productores se unen para crear una economía alternativa

Medio centenar de ourensanos se agrupan en la asociación de consumo responsable Semente para adquirir alimentos ecológicos de la huerta evitando a los intermediarios


La crisis económica ha sacado a relucir el agotamiento del sistema de producción capitalista, y en medio de este contexto, han surgido propuestas alternativas como la que siguen un centenar de ourensanos agrupados en la asociación Semente. Su filosofía se basa en localizar la economía mediante la creación de vínculos directos entre consumidores y productores. De este modo, se potencian los productos endógenos de la provincia y se elimina la tiranía intermediaria de los distribuidores.

La asociación de consumo responsable Semente reparte entre sus usuarios, todos los miércoles en el centro social A Esmorga, una caja con productos ecológicos de la huerta previo pago de diez euros. David Bruzos, uno de los usuarios e ideólogos de Semente, explica que los objetivos de la asociación de consumo responsable se basan en “manter un salario digno para os agricultores e gandeiros, consumir produtos de cualidade e evitar a elitización dos alimentos ecolóxicos”. Por tanto, Bruzos señala la “cercanía” entre consumidores y productores como uno de los valores primordiales de la asociación.

Actualmente, un total de cinco productores de las localidades de Porqueira, Laza y Verín abastecen de alimentos ecológicos de la huerta a una cuarentena de usuarios. Además, de forma paralela, hacen pedidos complementarios de pan ecológico, lácteos y conservas. Puntualmente, también se organizan a lo largo del año para realizar pedidos de aceite, pasta y otros productos, todos ellos ecológicos. La asociación está abierta a todo el mundo; de hecho, destaca la heterogeneidad, tanto generacional como ideológica, de sus usuarios.

Decrecimiento y localización de la economía

Los usuarios de Semente apuestan por una localización de la economía que dinamice el rural, la agroecología y los lazos intercomunitarios entre productores y consumidores. Al aplicar esta alternativa a las economías de gran escala, se reconfigura la cadena de producción basada en la sobreexplotación de la tierra, la monopolización del mercado por las multinacionales de productos alimenticios y la anteposición de los beneficios al trato respetuoso con el medio ambiente.

El resultado es una tendencia basada en el decrecimiento. Es decir, en la disminución de la producción para preservar los recursos naturales y, por tanto, el medio ambiente. Los miembros de la asociación de consumo responsable Semente son conscientes de que su actividad es un pequeño laboratorio que lleva a la práctica ideas y propuestas que tratan de rehumanizar las relaciones económicas, pero con la capacidad suficiente para prender la mecha que conciencie a la ciudadanía y la anime a reaccionar contra los sistemas de explotación establecidos.

Uno de los creadores de Semente, David Bruzos, señala que la heterogeneidad de las personas que conforman Semente enriquece al grupo y es la clave para crear redes. En este sentido, Bruzos reconoce que uno de las debilidades reside en la escasa participación de los vecinos del barrio de la universidad, donde se ubica A Esmorga.

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